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martes, 27 de marzo de 2012

...

La tomé, y asemejaba un remolino de seda en cuyo centro tenía encadenados todos mis deseos.

Y a medida que la sentía, más deseos el remolino contenía.

En profundidad, desde otros ojos, mis primeros pasos como una guía seguía,

Pero perdida en el inicial intento, tras el deseo volteaba y una vez más corría…

y vulnerando lo que ante mis ojos devenía,

mi sangre a la espera del cuerpo, en fragante ilusión sostenía.

Tímida razón, búsqueda del espacio, encuentro del presentimiento…

¿Una nueva forma de ahogar al sentimiento?

Violento sentir causado, víctima de ilusión de ayer en un futuro proyectado,

Noticia que conviene a la perspectiva de la ira,

Y una norma que esperando abril con el perfume de sus botones cautiva…

Te dejo en el lecho, una vez más, pasión dormida...

Sujeta al afín derecho hereditario que tu causante interponga

en la almohada que a mi amanecer sus deseos exponga,

para tornar en mis sueños su eterna apariencia

Y conservarme despierto en sutil inocencia,

al respiro de vida que en sus ojos declina y nace,

como viento a favor que de madrugada subyace...

No hay mayor nomenclatura para tus signos,

ni espacios que desprendan de mis palabras los ritmos,

hay una conciencia que delira planeada en el caos

sobre la estructura del viento en división,

planteando una nueva forma de regresión,

para dar presencia futura a los recuerdos.

Te dejo la predilección de la reversión en el cambio del remolino

y la inmediatez dinámica de las constelaciones,

para forzar tu cuerpo con aladas razones,

que la seda rasgue para estimular sensaciones...

Ahora descanso para abolir al instinto,

desnudo de cuerpo,

de mente, distinto...

retorno al vórtice violento,

adiós al escrito...