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jueves, 30 de mayo de 2013

La visión.

La conocí una tarde que se vistió de madrugada
Entre sus palabras existían márgenes que absorbían mis argumentos
Y al mirarla comprendía como los cielos acabados nunca terminan
cuando alguien quiere dejar de ver la infinidad que se esconde en ellos…
Me hundía en su cabello negro como la noche se hunde en el día
Y en las expectativas de sus ojos la intimidad nos dejaba desnudos
Cómo no recordarla en las pupilas…, era formarse una idea más universal del mundo…
La dividía en historias a la par que mi corazón la iba conociendo
Y en el intento nulo de formármelas para volver a contarlas discurrían como una categoría inacabada a la que siempre se le encuentran aspectos ajenos
El tiempo era una formalidad en nuestras vidas, de aquellas que cuando se recuerdan no se sabe qué decir
Y entre las presunciones que mi corazón iba dibujando admitía de a pocos la integridad de su silueta
La mañana que simulaba ser noche en que su cuerpo conocí
la discreción del erotismo se difuminó
y entre la extensión de sus piernas y el incremento de mi pasión todas las estructuras resurgieron.
Como un camino preconcebido, en el alma su ilusión de adelanto tomé
y con ella entre mis brazos la expectativa del deseo colmé
para reafirmar su verdadero lugar en el mundo…
Ella me buscaba y yo no la encontré

detrás de las palabras que para siempre busqué…

sábado, 25 de mayo de 2013

***

Cuando la conocí las lágrimas de los dioses se llenaron de luz, y solas se recogieron queriendo sustituir la naturaleza de la luna. Al lado del sol dejé todas mis estructuras y cegado por él me edifiqué una nueva luz a fuerza de su envidia.
Mi alimento, que ya no provenía de él, se fue acoplando a lo que generaba su sonrisa y por su complacencia fui redefiniendo sus sentimientos a las coordenadas que su naturaleza le dictaba mientras comenzaba a amarme.
Las horas se dibujaban sin tener sentido de ellas y comprendí la ausencia de la realidad y la vigencia de la filosofía.
Construyendo una teoría sobre la posesión de sus manos mis ojos se extendían  hacia donde su memoria llegaba y de ella tomaba un solo vínculo que hacia mi corazón se dirigía
Cuando dormía la espiaba y todos los astros alrededor aparecían queriendo atraer su naturaleza mientras la defendía. Sus sueños eran una guerra para mí de la que me sentía orgulloso por preparar una madrugada digna que sirviese de bálsamo a su amor
Ver sus ojos despiertos era profundizar en una segunda naturaleza que rectificaba los paralelos de la tierra para dotarla de un arcoíris interminable, esa mirada me concedía la inconsistencia de la verificación del sentido objetivo y una introspección instantánea a un instinto totalizador.
La amaba, y en esa sensación mi vigencia oscilaba, desde el cielo hacia la tierra, amando el aire en su alma y la belleza en su cuerpo

Realmente la amaba, y cuando correspondía me intercambiaba al azar para sentirme distinto y poder experimentar la ausencia de suerte cuando quería verificar su coincidencia.
La amaba y la sentía, y la estructura del sol ya no me lo permitía, cegado la perdí y con ella toda su melodía, ahora de noche la luna disuelve su armonía...