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sábado, 20 de octubre de 2012

La segunda esencia

La escritura tiene caprichos; a la piel le hace falta conectarse al papel antes de trasladar su imagen a una pantalla muchas veces vista.
Supongo que el efecto de dicha creación es la extensión de la necesidad humana de conectarse a algo que refleje su propio pensamiento, a cuyo contacto, retoma el mensaje adecuado de lo que quiere decir.
Ante la ausencia actual de la otra piel,(y sin notar que digo algo que tiene dos tiempos y dos realidades distintas),que refleje mi pensamiento como consecuencia del contacto con la suya debo sublimar mis pensamientos al contacto con el papel.
Fingiré que alguna de las formas que obtiene este escrito dibujan su voz, o que los trazos percibidos delinean su cuerpo, mientras los contenidos de las palabras que me miran mientras las escribo simulan sus ojos penetrantes y fijos a la manera en que escribía cosas nuevas en ella, en tanto le hablaba y me miraba.
Debo reconocer que el substrato de mi tinta contiene parte del lado dulce de su sangre. 
Sin embargo de todo esto siento melancolía, por querer ser actual en su ausencia, cuando estoy tan presente cuan alejada está ella.
Se me agota el papel y comienzo a retomar lo vertido en estas líneas para retroalimentarme en los recuerdos no escritos, (no vinculados a esta segunda esencia)
Pretendo alejar el contenido de la conexión con el papel y retomar el contacto con su piel. Es la única forma para que la primera esencia escriba lo no escrito,y lo que se escribió entre ambos se termine de escribir.

jueves, 11 de octubre de 2012

Decálogo de esenciales


Decálogo de esenciales.
1.     Ver tu rostro de mañana para saber cómo le respondes al sol o a la niebla y en qué condición tu cuerpo responde al primer amanecer.
2.     Tocar tu mano luego que el agua ha recorrido tu cuerpo para sentir tu extensión en la materia que nos guía a la renovación
3.     Mirar tus ojos de madrugada, en la realidad y en el ensueño para contagiarme del origen que genera tu cuerpo.
4.     Posar mi mirada entre tus cejas cuando estás desprevenida para saber qué te previene y en qué situación te sientes más desnuda.
5.     Que me toques la ventana del auto cuando estoy pensando en ti y me contagies de lo que sientes cuando te ves en mí.
6.     Comunicarte cualquier cosa en el momento menos pensado y sentir que lo pensábamos sin saber que pensábamos lo mismo.
7.      Escuchar tu risa y evocar la memoria del viento cuando me siento en ocasiones feliz, conociendo que la felicidad en soledad equivale más que a la felicidad en compañía y el recuerdo en soledad de mi felicidad cuando me siento feliz en tu evocación suma a más que dos felicidades en mi aparente soledad.
8.     Reconocer que estás cuando estás ausente y tener los mismos sentimientos hacia ti que cuando estás presente, esa recreación de nuestra convivencia en ausencia regenera mi condición de acompañamiento.
9.     Escribir cosas para ti sin pensar en el estilo.
10.Saber que dejo de escribir cosas para ti hoy por saber que mañana te seguiré escribiendo.