Aun el frío tiene la condición del calor
Y una cierta predilección por la melancolía
Como si atrajese en su anatomía
una forma y una voz…
Aun el delirio tiene una cuota de filosofía
y una mezcla de barbarie y de rubor
que devuelve al hombre su armonía
irresuelta de lágrimas en ardor…
Yo, condenado a la navegación del recuerdo
veinticuatro horas al día diciéndote sí
para que entres en mi mente y te escapes
con toda mi fragancia llena de ti
En el aroma de la flor en que nos vimos
y, que en alguna oportunidad sostuviste
persiste mi imaginación,
cálida y triste…
De tus ojos no veré más que la lejanía
en el suspiro de tu piel día tras día
confundiendo mis latidos con tus pasos
y a mi orgullo perdido entre sus lazos…
Mirarte desde lejos sin tocarte,
sabiéndote a un paso de mi
mientras la atmósfera reduce mi espacio
para hablarme sólo de ti
Nunca tan cruel a mi instinto
nunca tan fuera de sí
mi amor fuera de dominio
y tú a un solo paso de aquí…