Así se creó
la bruma; intermitente y naciente de las entrañas,
Y se desnudó
apenas para engrosar su anatomía nutrida de penas.
Pero ayer no
era tal, cuando caminaba descalza y sufrida,
Hoy la veo
jadeante y cautiva, adornando las esferas que puede…
¿Quién dijo
que en su visión flotaba el encandilamiento?
No hace focalización
más que para ahogar su entretenimiento
y compartir
las fatalidades del coraje.
Bruma, casual
infortunio,
Pena que no
libera,
Alimento ruín
que exaspera,
Y que versa
a la noche en plenilunio…
A mi parecer
me someto
Para vestir
mi sufrir de veda,
En sequía
sentimental y en posición de frialdad de seda
Hacerle el
amor al entendimiento más agudo…
Y obtener el
placer de su rostro ceñudo con forma de alma en expresión de otoño
Te guardo
melancolía, compañera serena que de hacer recordar tu voz gustas
En aliento
cautivo que nos cruza
Para aletargar
nuestros sentimientos,
divididos en
ella…