Menos inhóspita es la luz que te
observa, desde el lado catalítico que comprende la insinuación de tu sangre.
Y menos oculta es la intención de
quienes abogan aplacando la ilusión de sus intentos con una abyección que
distraen en el aire.
Puedes absorber la melodía fría
que desliga tus posibilidades,
Puedes pernoctar en las palabras
que te dijeron, cuando tu espíritu se mostró consecuente.
Puedes atribular los escaños de
la sombra perpetua de la niebla, mientras ésta te mira en la frialdad de su
esencia, queriendo hacerte fría por ósmosis.
Ahora me refugio en el calor de
tu cuerpo, desnudo como la tierra, sin superficie, ni velos que me oculten lo
que me quieres decir…
Ahora me refugio en la primavera
descalza de tu sangre acompañando cada atracción de tu aliento,
Y exhalo, una nueva creación de
ti,
El mundo retomó el movimiento,
Fortuito de seguir siendo paso de
sí…
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